MI BLOG DE COCINA

martes, 7 de octubre de 2014

MAQUILLATE, MAQUILLATE

Hola:
 
El título del post lo he tomado prestado de la famosa canción de MECANO porque me venía como anillo al dedo para el tema que quiero glosar hoy.  La idea se me ha ocurrido al ver el siguiente titular de prensa: "Así es Beyoncé al natural" . Al parecer, la famosa cantante y actriz americana, ha publicado una foto, en su cuenta de Instagram, en la que aparece sin las habituales dos toneladas de chapapote con las que suele tapar su verdadera cara. La verdad es que, la chica, está suficientemente guapa sin tanto artificio... ¡no le hace falta!.
 
Hace algún tiempo (años, diría yo), cayó en mis manos una revista del corazón en la que salían fotos de famosas, del tipo "antes y después", en las que se comparaba el aspecto que tenían estas personas, en situaciones de vida normal (comprando en el supermercado, recogiendo a los niños en el colegio) con fotos tomadas en "photocalls" y pasarelas. Recuerdo que me quedé anonadado y se me cayeron unos cuantos mitos por los suelos. Guapas (guapísimas), como por ejemplo  Charlize Theron, se quedaban en meramente "monas" o, incluso en "feúchas", sin todo el artificio del maquillaje.
 
Y si hablamos del Photoshop, que consigue quitar arrugas, manchas, kilos y descolgamientos con unos toques de ratón, la cosa ya alcanza límites absolutamente desaforados.  El otro día, un amigo mío, experto en el tema, me demostró que podía convertir un hipopótamo en una frágil gacela ... ¡en menos de 20 minutos!.
 
El número de personas que se someten a operaciones de cirugía estética, en nuestro país (y me olvido de U.S.A. en el que las adolescentes piden una operación de aumento de pecho como regalo de cumpleaños) es impresionante y no para de crecer. No me refiero a operaciones para reparar destrozos de accidentes o eliminar graves malformaciones sino a cosas, tan baladíes en mi opinión, como ponerse una nariz más respingona, unos pómulos más prominentes o un par de tallas más de pecho
 
Como sabéis, vivimos en un mundo en el que la imagen no solo es importante sino crítica. El no tener la imagen "que se espera de ti" te puede descalificar automáticamente para cualquier cosa, sin que se te haya permitido, siquiera, mostrar el resto de tus cualidades.  Y, encima, somos tan pusilánimes que, si no conseguimos "la imagen que queremos de nosotros mismos", nos deprimimos y así nos justificamos, ante nosotros mismos, la necesidad de la intervención.
 
Yo mismo estoy pensando "hacerme unos arreglillos". Estoy pensando en hacerme un trasplante capilar, una liposucción, quitarme las bolsas de los ojos, estirarme la piel de cara y cuello,..... luego ponerme unas alzas en los zapatos, teñirme el pelo de rubio (el nuevo que me pongan) y ponerme unas lentillas de color azul.  Después de todo eso, me cambiaré de nombre y me pasaré a llamar Robert Redford.
 
Un abrazo "por lo  natural",
 
Esteban