MI BLOG DE COCINA

domingo, 13 de julio de 2014

SUCIO Y OLOROSO NEGOCIO

Hola:

Hoy, como todos los domingos, me he acercado a comprar la prensa. También, como todos los días que voy, me he parado un rato en el escaparate para echar una ojeada a lo que se cuece en el mundo de las revistas.  Reconozco que me lo paso pipa leyendo los titulares de las revistas del corazón, las revistas de divulgación científica y..... otros tipos de revistas. Ninguna de ellas me las compraría, lo mismo que no pierdo un segundo viendo tele-basura pero, hay que reconocerlo, algunos titulares tienen una chispa que te alegra el día.

El titular de hoy tiene tela: "Te vendo mis bragas". Por lo visto, el comercio on-line de ropa interior femenina usada está en auge y la revista en cuestión, de cuyo nombre no me acuerdo ni quiero acordarme, había realizado un sesudo estudio sobre esta actividad en la red.

Podría hacer un post de doscientos párrafos con este tema (reconoced que da para mucho) pero voy a intentar no aburriros demasiado.

Lo primero que se me ocurre es que seguimos siendo animales. Por lo visto, aunque el celo de los humanos es permanente y no depende de fechas, fases lunares o condiciones climáticas, el sentido del olfato sigue siendo determinante para despertar los instintos sexuales de algunas personas.

Por otra parte, en un mundo en el que prima, por encima de todo la higiene y la asepsia, resulta que hay gente que es capaz de pagar dinero por algo usado y.....supongo que no precisamente impoluto. ¡Es realmente curioso!.

Yo, que después de un largo y caluroso día de trabajo, me olfateo a mi mismo como un pecho pachón y voy corriendo a lavarme y cambiarme de ropa ante el más mínimo efluvio sospechoso, no puedo entender que alguien quiera gastarse dinero en algo así pero, como digo muchas veces, ¡hay gente para todo!.

También pienso que, a las personas que venden esas cosas, la necesidad o ambición de dinero les ha quitado el sentido del pudor y de la vergüenza. Ahora que, visto lo visto en este mundo capitalista, también puede ser que haya una factoría en cualquier parte, dedicada exclusivamente a rociar, con un producto químico que imita los olores femeninos, bragas de seda o hilo que acaban de ser manufacturadas en la puerta de al lado.

Un abrazo "un poco asqueado",

Esteban