MI BLOG DE COCINA

miércoles, 25 de junio de 2014

TODOS SOMOS COMPLICES

Hola:

Hoy me he levantado "de mala leche", o sea, cabreado.  No sé muy bien la causa de esta sensación porque hoy, todavía, no me ha pasado nada que lo justifique. Es, de momento, un día tan malo como todos los demás.  No se si será una premonición, en la que mi subconsciente me da un toque de aviso o simplemente una consecuencia de no haber dormido demasiado bien, ¡Veremos!.   Por cierto, si después de esta introducción, alguien ha dicho "¡Ya! ¡Y a mí que coño me importa!" lo entiendo perfectamente ............. ¡pero tenía que contarlo!.

La reflexión de hoy parte del siguiente titular: "Una llamada de auxilio en la etiqueta de un vestido". Al parecer, una joven galesa, compró un vestido en PRIMARK y se encontró una etiqueta que, en vez de decir como debe lavarse o plancharse, parece ser una denuncia de las condiciones a las que se ven sometidos los trabajadores, del tercer mundo, que fabrican las prendas para esta cadena.  El mensaje, en cuestión, decía literalmente "Forced to work exhausting hours" ("obligados a trabajar horas agotadoras").  Solo tengo una información "periodística" así que no puedo confirmar que este caso concreto, y en esta marca, sea verdad pero la noticia me da pié para hablar de un tema sobre el que quería comentar hace mucho tiempo.

Es público y notorio que, prácticamente, todas las marcas han trasladado sus producciones al tercer mundo y, no lo hacen porque allí se fabrique mejor o peor, sino porque es "mucho" más barato. Y, por favor, ¡No seamos ingenuos!, esa diferencia de coste está basada en unas condiciones salariales y laborales mucho peores que en nuestros "avanzados" países.
Las empresas no son fundaciones dedicadas a la caridad. Ahora se ha puesto de moda lo de la "responsabilidad social corporativa" pero yo no acabo de creérmelo. El único objetivo de una empresa, dentro del sistema capitalista, es ganar cuanto más dinero mejor. La forma de conseguirlo, puede que esté regulada en los documentos de "ética" de las empresas pero, normalmente, nadie le presta demasiada atención ¿o pensáis que estoy equivocado?.   No voy a ser injusto, supongo que habrá empresas que se lo toman más en serio que otras.
Lo que pasa es que, nosotros, compradores compulsivos, seguimos acudiendo a comprar ropa y complementos "a buen precio" y nos importa un bledo cómo y por quién ha sido fabricada.   ¡No nos engañemos!, somos cómplices. Nos auto-exoneramos colaborando con una ONG, horrorizándonos con las noticias de los diarios o las imágenes de la TV pero, en el fondo, somos culpables.
Un abrazo "solidario",
Esteban