MI BLOG DE COCINA

lunes, 14 de junio de 2010

OKUPACIÓN


Hola:

¡Tengo el corazón partío! Me he dado cuenta de que para ser progresista, en esta turbulenta época, hay que defender un “totum revolutum” de ideas y no consigo estar de acuerdo con todas a la vez.

Recapitulemos:
- Defender a muerte la integración de los inmigrantes
- Formar parte del “feminismo radical”
- Declararse “anti-sistema”
- Participar en el “ecologismo militante”
- Propugnar el aborto libre y gratuito
- Proclamarse “anti-taurino”
- Clamar contra el sexismo en los anuncios, publicaciones y cuentos infantiles
- Combatir por la plena equiparación de gays y lesbianas
- Ser pacifista
- Estar a favor del movimiento “okupa”

Curiosamente, a diferencia de lo que pasaba antes, ser un hombre “de izquierdas” no da puntos en este juego de la progresía. 

Como yo no me caracterizo, precisamente, por mi valentía, os vais a quedar con las ganas de saber mi posicionamiento en todas y cada una de estas cuestiones pero si voy a daros mi postura sobre una de ellas, la que da título a este post.

Estoy de acuerdo en que es una verdadera vergüenza que, habiendo tantas casas vacías en manos de bancos, cajas de ahorro, etc. haya gente sin casa por no disponer de medios para pagar una hipoteca o un alquiler. No olvidemos que el derecho a disponer de una vivienda digna está tipificado en nuestro ordenamiento jurídico. 

Estoy seguro de que habrá “okupas” serios que, antes de dar una patada a la puerta de cualquier vivienda harán un estudio para ver quién es el propietario y descartarán las de los pobres trabajadores que llevaban años esperando para poder comprarse un pisito. No me cabe duda, además, de que la mayor parte de los “okupas” se encargarán de cuidar las casas en las que han entrado “por el artículo 33” y, cuando las abandonen, las dejarán aún en mejor estado del que las encontraron. Lo que pasa es que, a la sombra del idealismo, siempre crece una cantidad de mala hierba compuesta de “aprovechados” que ven en este movimiento una oportunidad para vivir “de gorra” a cuenta de los demás. 

Como sabéis, los que me habéis seguido, no soy partidario de que nadie se tome la justicia por su mano. La “patada en la puerta” no me ha gustado nunca, sea realizada por los poderes establecidos o por idealistas bienintencionados. Soy partidario de que el Estado regule las condiciones de las viviendas vacías y obligue a sus propietarios, en su caso, a que las alquilen “a precio social” a la gente sin hogar pero ¡eso sí! con las debidas garantías y responsabilidades por todas las partes implicadas.

Yo llevo toda la vida trabajando, muy duramente, para poder comprar un piso. Me gustaría, si algún día puedo, comprarme una segunda vivienda para poder alquilarla y así hacerme con un pequeño capital. Lo que pasa es que, visto lo visto, si me convierto en propietario de dos pisos, entro en la categoría de “facha–explotador” y no me parece justo que me pongan esa etiqueta unos jovenzuelos (y perdón si alguien se siente ofendido) que, en muchos de los casos (no me atrevo a afirmar que en su mayor parte), no ha pegado un palo al agua en su vida.

Un saludo “irritado”

Esteban