MI BLOG DE COCINA

domingo, 21 de diciembre de 2008

LA EUSKALDUN-ISLAMIZACION

Hola:

A veces, cuando escribo artículos como el de hoy me entra pánico. Tengo miedo de meter la pata, miedo de ser “políticamente incorrecto”, miedo de no saber dar el enfoque correcto y también miedo de no ser capaz de transmitir, con palabras, lo que realmente siento. Recuerdo una canción, creo que de Victor Manuel que decía algo así como “dejo sangre en el papel…..” y de verdad, a veces me parece que eso es lo que estoy haciendo. Eso y desnudar mi alma delante de desconocidos. Si, ya se que pensaréis “que teatrero se nos ha vuelto Esteban” pero, cuando conozcáis el tema de hoy, espero que cambiéis de opinión.


El titular es: “El Islam entra en las aulas vascas”. El artículo, leído en el periodico –El Correo-, habla de Nouzha Abou-Salama, profesora contratada por el Ministerio de Educación, para dar clases de “religión islámica” en tres escuelas de Vizcaya (en Berriz, Munguía y Bilbao). A Nouzha, que habitualmente usa el Hiyab islámico (el famoso pañuelo que cubre la cabeza), no se le pueden negar sus conocimientos ya, además de ser licenciada en Filología Arabe, y por lo tanto además de hablar árabe, habla otros cuatro idiomas (Francés, Ingles, Catellano y Catalán). El hecho es que, en Vizcaya, aparentemente, ya hay suficientes alumnos de origen árabe (fundamentalmente magrebíes) para justificar que se de este servicio ¿educativo?.


Vaya por delante que yo estoy en contra de que se impartan clases de religión en los centros públicos. Y cuando digo religión me refiero a cualquier confesión, sea católica, protestante, musulmana, budista o cualquier otra (si me pongo a enumerar todas las posibles, se me acaba el sitio para el post). A mi me parece que la religión entra dentro del espacio “personal e individual” y no debe ser pagado o subvencionado por el erario público. El que quiera que sus hijos reciban enseñanzas religiosas que acuda a centros educativos religiosos, mezquitas o catequesis, y que lo pague de su bolsillo.


Y (seguro que aquí hay polémica) no estoy a favor de que se enseñen en centros públicos (a mi costa) los valores de una cultura extraña a la del país en el que estamos, cultura que, además, ni comprendo ni me gusta. ¿Qué se estará enseñando a esos niños? ¿Estarán recibiendo el mensaje de que la mujer es inferior al hombre? ¿Se les estará inculcando que la violencia es lícita para conseguir convertir al infiel?. Me imagino que los planes educativos estarán controlados pero ¿Cómo evitar los mensajes implícitos en la propia religión?. Me da miedo el que seamos tan “progresistas y tolerantes”, que estemos incubando el huevo de la serpiente dentro de nuestra propia casa y, encima, paguemos el coste de la incubadora.


Cada cual que profese la religión que le de la gana ¡no soy yo nadie para imponer y prohibir nada! ¡faltaría más! Lo único que pido es que mi dinero sirva para transmitir la cultura y valores de la libertad, de la tolerancia, de la igualdad (independientemente del sexo, tendencia sexual, raza, religión y sensibilidad politica), de la no violencia y de la ecología, o sea, transmitir los valores de la cultura de la “Declaración Universal de Derechos Humanos”. No creo que yo ciertas religiones sean precisamente modelos de respeto de estos derechos.

En fin, que mi queja no es porque se impartan clases de religión musulmana sino porque se impartan usando recursos públicos. Yo preferiría que, ese mismo dinero o incluso más, se dedicara a transmitir a los alumnos de origen musulmán valores tales como la igualdad entre el hombre y la mujer, por ejemplo.

Un abrazo “laico”,

Esteban