Hoy había alguna que otra noticia “truculenta” que contar pero me he
levantado ¡vaya por Díos! de buen humor así que lo dejaré para otro día (no
vaya a ser que me encabrite desde tan temprano).
La noticia va sobre los jovenes, esos eternos incomprendidos, que por lo
visto, cada vez se independizan mas tarde. El titular de hoy reza: “Los
jóvenes vascos no se van de casa”. Según leo en el interior, en el
Pais Vasco (y al parecer la tendencia es más o menos similar en el resto del
Estado), dos terceras partes de los jóvenes con menos de 30 años siguen
viviendo con sus padres.
Esta es la típica noticia que permite, sin tener ningún rubor, ponerse en
las dos posiciones contrarias a la vez:
¡ Ya te digo yo !. El problema es que los jóvenes de hoy no están
acostumbrados a pasar penalidades y no se van de casa hasta que “lo tienen todo
hecho”. En mis tiempos, cuando yo me casé, estuvimos 5 años comiendo pipas en
el parque ya que nos casamos “con lo puesto” y teniamos que ahorrar para
comprar los muebles. Además, no hay más que verlo, los jovenes de hoy no se
privan de nada. Por cierto, no hay nadie planche los cuellos de las camisas
como su mamá.
¡ No me extraña !. Con los precios de los pisos, la precariedad laboral,
las dificultades para conseguir un crédito bancario, etc. no hay quien piense
en independendizarse. Antes lo teniamos más fácil porque había trabajo de sobra
y, entre la oficina y “la chapuza de la tarde”, podías salir adelante.
¿A qué leídos por separado ambos argumentos son plausibles?. No
quisiera “pontificar” pero esto mismo pasa en casi todos los aspectos de la
realidad. Nada es blanco ni negro sino que todo tiene la posibilidad de ser interpretado
desde varias perspectivas. ¡¡ Y es sanísimo hacer ese ejercicio de
inteligencia que supone adoptar ambas posturas !!.
En el caso que nos ocupa, a mi entender, ambos argumentos son
ciertos. Los jóvenes de hoy en día, hijos de un período de
bonanza económica, con padres que pasaron penalidades y que no han querido que
sus hijos pasan por la misma situación y les han dado todo en exceso, han
perdido la capacidad de arriesgar y soportan mal las penalidades. Pero también
es cierto que lo tienen bastante más dificil que nosotros, tanto por las
condiciones objetivas (falta de crédito, precios de la vivienda,…) como por las
condiciones subjetivas (nuestra sociedad no valora el sacrificio sino el “hedonismo“).
Hoy no voy a hacer ninguna recomendación. Solo voy a hacer una reflexión.
No me gustan mucho los jovenes de hoy en día. No responden a mi imagen de lo
que “se debe ser” aunque, no se si la causa de ésta mi percepción, esta en que,
en el fondo, ¡ me gustaría volver a ser joven !
Un abrazo adolescente,
Esteban
Nota del autor: ¡ Que conste que, en artículo, he usado lo que se llama
una “licencia literaria o poética” ya que yo, realmente, soy muy joven, muy
joven, muy joven….. buaaaa!