MI BLOG DE COCINA

jueves, 9 de octubre de 2008

EL ABUSO Y LA CASTIDAD


La religión no es un tema del que me guste hablar porque es muy fácil herir sensibilidades y no estoy aquí para eso (si acaso para “pinchar un poco”). Hoy, sin embargo, voy a romper esta regla porque la noticia lo merece y porque me da píe para hablar sobre otro tema que merece la pena.

La noticia es: “Detenido en Australia un sacerdote acusado de 22 abusos sexuales a menores” . Por lo visto, un sacerdote católico de 63 años está acusado de 22 delitos de abuso sexual a menores desde 1970 hasta ahora.

Aun siendo dolorosa, esta noticia puntual no es lo que quería comentar. Solamente en Australia, 107 sacerdotes han sido condenados por este mismo motivo en los últimos años y, si a esto sumamos los casos de EEUU y de otros países, la cifra se convierte en escandalosa.

Cuando se dan este tipo de frecuencias estadísticas, ya no es posible mirar hacia otro lado y ampararse en conductas individuales (el tipico argumento de que siempre hay una “oveja negra”) para explicar el fenómeno. Para mi, está claro que hay algo en la condicion sacerdotal que, si no provoca, si que cataliza este tipo de conductas. Para mí, está claro que ese “algo” hay que buscarlo en el celibato y la castidad obligatorios.

La pulsión sexual es innata al ser humano y la represión de esta pulsión tiene, necesariamente, que provocar algún tipo de desequilibrio tanto psíquico como físico. No justifico, de ningún modo, las acciones de estos curas en base a una enfermedad. El ser humano tiene que ser capaz de soportar estos desequilibrios lo mismo que soporta el hambre (hasta cierto punto) y no va por ahí, normalmente, comiendo a sus semejantes y soporta su necesidad (hasta cierto punto) no yendo por ahí defecando en cualquier esquina. Lo que si digo es que, si eliminaramos este desequilibrio, conseguiriamos reducir drásticamente este fenómeno. O dicho en términos religiosos: “Eliminemos la tentación para reducir el riesgo de pecar”.

Además, por mucho que me lo expliquen, no tengo ni pajolera idea de que tiene que ver el “enseñar la palabra de Dios” con no casarse o no mantener relaciones sexuales sanas.

Otro aspecto del tema es el ocultismo que tiene la jerarquía de la Iglésia Católica sobre este tema. Hay una frase que me parece que describe muy bien esta actitud y es “tiene rabo de paja”. Pero este tema lo dejaremos para otro día.

Señores Jerarcas de la Iglesia: Por favor, piensen seriamente en modernizarse y cambiar las leyes y dogmas obsoletos. Permitan a sus ministros que tengan una vida normal. Nos harán mucho bien a nosotros y se harán un bien Uds. mismos.

Un abrazo casto,

Esteban